Del "Amor Líquido" a la Poesía Eterna: ¿Qué Buscamos Hoy en el Amor?
🌱 El amor late en cada rincón del mundo: desde ceremonias antiguas hasta pantallas luminosas. A través de los siglos, su forma cambia, pero su presencia es inquebrantable. Hoy más que nunca —entre notificaciones, deslices y conexiones efímeras— surge una pregunta inevitable: ¿qué buscamos realmente cuando decimos “amor”, cuando compartimos “poemas para dedicar”?
1. Un Viaje a Través del Tiempo
En la arena y los papiros
Hace milenios, en Egipto, el matrimonio servía para sostener linajes, pero también nació el amor en palabras de tinta: el Papiro Chester Beatty I canta a una amada ideal, comparada con estrellas, flores de loto, oro y lapislázuli —un amor que exalta cuerpo, voz y devoción con sublime profundidad.
Amor en hojas delicadas
En la Grecia clásica y Roma, las palabras para el amor eran múltiples —Eros, Ágape, Storge— y mostraban una riqueza emocional admirable, donde el sentimiento no siempre era pasión, sino también amistad, ternura y celo fraternal.
Romance escondido y caballeros
En la Edad Media, el amor cortés se tejería entre torres y sospechas: la devoción era intelecto y deseo retenido, un ideal espiritual ante el que el amante se arrodillaba sin esperar consumación.
Pasión surgida del alma
Con el Romanticismo, el amor ascendió a fuerza vital. Se convirtió en motor de decisiones, promesas de libertad y llamadas al corazón individual, mezclando deseo, ternura y compromiso.
2. El Amor en la Era Digital
El corazón líquido
Hoy, Zygmunt Bauman lo llama “amor líquido”: ligero, cambiante, a veces indiferente. La modernidad nos ofrece vínculos rápidos, relaciones que resbalan, promesas que se esfuman… y un miedo creciente al compromiso real.
Conexiones en apps
Tinder, Bumble, Hinge…: deslizamos rostros, bailamos entre perfiles. Buscamos a alguien que nos haga olvidar la app, pero también nos topamos con el ghosting —relaciones que mueren por silencio— y el exceso de opciones que anestesia las emociones.
El anhelo de lo auténtico
Pese a eso, aún buscamos algo distinto: una conversación profunda, un vínculo inexplicable. Porque en el alma persiste un deseo que no cabe en una historia de 280 caracteres.
3. ¿Por Qué Seguimos Escribiendo Poemas?
Un susurro que no caduca
En un mundo donde todo puede borrarse con un toque, dedicar un poema es un acto de resistencia. Es dar tiempo, pensamiento y palabras a alguien —y entregarle un fragmento de tu corazón.
El valor del esfuerzo poético
Criar un verso, elegir sabiamente el adjetivo, encontrar la métrica correcta: no es algo que compres con dinero, sino que nace de la atención, la intención y el sentimiento auténtico.
Un retazo de eternidad
Mientras el amor líquido fluye, los versos nos permiten alcanzar un instante suspendido, un puente entre el pasado y el futuro —como un eco en el vasto tiempo.
✨ Conclusión
El amor es un río que cambia su cauce sin cambiar su fuente. Surge en alianzas sociales, en gestos secretos, en abrazos apasionados… y hoy en mensajes y poemas enviados al final del día. Aunque cambie su forma, su esencia —el deseo de amar y sentirse amado— permanece. Y en este océano de conexiones efímeras, la poesía sigue siendo faro de profundidad.
❓ Pregunta al lector
¿Crees que en esta era digital el amor es más fluido y desapegado? ¿Qué peso le das a los gestos tradicionales, como escribir un poema o dedicar versos, en tu propia vida y en tus relaciones?
¡Nos encantaría leer tu opinión en los comentarios!
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