Del "Amor Líquido" a la Poesía Eterna: ¿Qué Buscamos Hoy en el Amor?
Del "Amor Líquido" a la Poesía Eterna: ¿Qué Buscamos Hoy en el Amor?
Por José A. G. Betancourt | Lectura de 5 min
🌱 El amor late en cada rincón del mundo: desde ceremonias antiguas hasta pantallas luminosas. A través de los siglos, su forma cambia, pero su presencia es inquebrantable. Hoy más que nunca —entre notificaciones, deslices y conexiones efímeras— surge una pregunta inevitable: ¿qué buscamos realmente cuando decimos “amor”?
La escritura a mano: un gesto de amor que perdura en el tiempo.
1. Un Viaje a Través del Tiempo
En la arena y los papiros
Hace milenios, en Egipto, el matrimonio servía para sostener linajes, pero también nació el amor en palabras de tinta: el Papiro Chester Beatty I canta a una amada ideal, comparada con estrellas y flores de loto. Un amor que exaltaba cuerpo y devoción con sublime profundidad.
Amor en hojas delicadas
En la Grecia clásica y Roma, las palabras para el amor eran múltiples —Eros, Ágape, Storge— y mostraban una riqueza emocional admirable, donde el sentimiento no siempre era pasión, sino también amistad, ternura y celo fraternal.
Romance escondido y caballeros
En la Edad Media, el amor cortés se tejería entre torres y sospechas: la devoción era intelecto y deseo retenido, un ideal espiritual ante el que el amante se arrodillaba sin esperar consumación.
Pasión surgida del alma
Con el Romanticismo, el amor ascendió a fuerza vital. Se convirtió en motor de decisiones, promesas de libertad y llamadas al corazón individual, mezclando deseo, ternura y compromiso.
2. El Amor en la Era Digital
"El amor líquido es un amor hasta nuevo aviso, un amor a partir del miedo a establecer relaciones duraderas." — Zygmunt Bauman
El corazón líquido
Hoy, el sociólogo Zygmunt Bauman lo llama “amor líquido”: ligero, cambiante, a veces indiferente. La modernidad nos ofrece vínculos rápidos, relaciones que resbalan como agua entre los dedos, promesas que se esfuman… y un miedo creciente al compromiso real.
Conexiones en apps
Tinder, Bumble, Hinge…: deslizamos rostros, bailamos entre perfiles. Buscamos a alguien que nos haga olvidar la app, pero también nos topamos con el ghosting —relaciones que mueren por silencio— y el exceso de opciones que anestesia las emociones.
El anhelo de lo auténtico
Pese a eso, aún buscamos algo distinto: una conversación profunda, un vínculo inexplicable. Porque en el alma persiste un deseo que no cabe en una historia de 280 caracteres. Por eso seguimos buscando rimas de amor auténticas que expresen lo que sentimos.
3. ¿Por Qué Seguimos Escribiendo Poemas?
Un susurro que no caduca
En un mundo donde todo puede borrarse con un toque, dedicar un poema es un acto de resistencia. Es dar tiempo, pensamiento y palabras a alguien —y entregarle un fragmento de tu corazón.
El valor del esfuerzo poético
Criar un verso, elegir sabiamente el adjetivo, encontrar la métrica correcta: no es algo que compres con dinero, sino que nace de la atención, la intención y el sentimiento auténtico.
Un retazo de eternidad
Mientras el amor líquido fluye, los versos nos permiten alcanzar un instante suspendido, un puente entre el pasado y el futuro. Si quieres inspirarte, puedes leer nuestros piropos para conquistar, que son pequeñas chispas de esa poesía cotidiana.
❓ Pregunta al Lector
¿Crees que en esta era digital el amor es más frío?
¿Qué valor le das a recibir un poema escrito a mano frente a un mensaje de WhatsApp? ¡Nos encantaría leer tu opinión en los comentarios!